Tras una quinta edición cancelada por el confinamiento de marzo de 2020, y una sexta edición en modalidad libre y/o individual en 2021, el año 2022 ha sido el de recuperación de la Marcha Solidaria Nueno-Etiopía, que recorre las montañas de la Sierra de Guara, cercanas a Huesca, con el corazón y la mirada puestas en los proyectos que Entarachen- Bosco Global, delegación de la ONGD en Huesca, apoya en este país africano.
A pesar de que el día amaneció con lluvia copiosa, en torno a ochenta personas tomaron la salida, el pasado domingo 13 de marzo, desde el núcleo de Arascués. La mejora casi milagrosa de unas condiciones meteorológicas que se habían anticipado como muy adversas propició que, en distintos tramos del recorrido, se fueran uniendo más caminantes, para acabar, tras más de 16 kms de recorrido, de nuevo en el salón social de Arascués.
Esta cita es fruto montañero, peregrino y misionero de la colaboración entre la delegación local de Huesca de Bosco Global, y el Club de Montaña Javieres de Huesca. El importe íntegro de las inscripciones se dedica a los dos proyectos que apoya la ONGD en Etiopía: el Centro Juvenil Don Bosco, en el barrio de Mekanissa; y el centro de promoción de la mujer y la adolescentes WID Project (Women In Development, Mujeres en Desarrollo). La colaboración de numerosas empresas de la ciudad y la provincia, y el nutrido grupo de voluntarios del Club de Montaña hacen que, además de la guía en la marcha, todos los participantes reciban avituallamiento y comida final, además de la participación en un magnífico sorteo de regalos. En total, se recaudaron 2.557 euros.
En la reflexión leída al final de la jornada, Teresa López, voluntaria de Entarachen, apuntaba lo siguiente: “Estos días la guerra que sufren nuestros hermanos y hermanas en Ucrania nos trae también a la cabeza tantas otras guerras que, por desgracia, siguen activas en nuestro mundo, incluido el conflicto bélico en la región del Tigray, en el norte de Etiopía, que sigue originando también millones de desplazados y cientos de víctimas cada semana.
Ante esta realidad que sigue sacudiendo nuestro mundo, nos unimos hoy también a los niños y niñas del Centro Juvenil Don Bosco, de Mekanissa, a las mujeres y chicas del WID Project en Zway, para gritar “no a las guerras”. A ninguna guerra.
Nos unimos también a muchos pueblos del mundo en su apuesta por la acogida como reacción necesaria y posible ante el miedo, la sinrazón y la arbitrariedad de la guerra, de la injusticia y de la desigualdad. Acoger en nuestras ciudades, en nuestros corazones, en nuestras oraciones también. La acogida como signo evidente de una comunidad abierta y siempre en crecimiento. Como nos enseñan los Javieres, una comunidad en camino peregrino, es también una comunidad acogedora. Y será una comunidad de paz.
Jornada, por tanto, de convivencia en la naturaleza, retomando el camino peregrino como símbolo de un crecimiento respetuoso, misionero y solidario. Desde la Sierra de Guara, y hasta Etiopía… NOS MUEVE LA ESPERANZA.