Los alumnos de 6º de Primaria hemos estado trabajando este trimestre sobre la situación de los refugiados en el mundo. Hemos conocido los campos de refugiados más importantes y hemos visto muchos testimonios de refugiados explicando sus vivencias y camino realizado. Una de las actividades que nos han servido para ponernos en la piel de estas personas es escribir un diario poniéndonos en su piel. Para eso hemos consultado muchas páginas web en las que refugiados sirios explican con detalle los trayectos que realizan de un sitio a otro. Esperemos que aprendáis tanto como lo hemos hecho nosotros.

Loreto Bergua

Día 1

Hola me llamo Fátima y tengo 12 años.

Hoy he comenzado la ruta para salir de la guerra de Siria. En el primer trayecto hemos tenido que empujarnos desesperados en la frontera de Turquía, en la zona de Akcale huyendo de la ciudad Tal Abyad, donde combaten soldados kurdos. Poco menos de 5 km separan el punto más próximo de la zona costera de Akyarla, en la península turca de Bodrum con la isla griega de Kos.

Grandes hoteles bordean la costa de una de las zonas más turísticas del país.

Nosotros, mientras los visitantes comen en restaurantes de lujo, buscamos una embarcación para huir de la guerra y la persecución.

En cuanto llegamos a tierra besamos el suelo al llegar a la isla de Kos, cruzamos el mar Egeo en pequeñas barcas o lanchas motorizadas. La mayoría de gente que ha cruzado el mar y han llegado han sido mayoritariamente sirios.

Día 2

Al llegar esperamos a ser identificados en el puerto de Kos, después de ser identificados por la marina griega. Éste iba a ser nuestro primer trámite burocrático. En la isla a la que llegamos no había lugares de acogida ni infraestructuras, pero encontramos un refugio que se llamaba capitán Elías que, aunque estaba en malas condiciones, se podía usar para resguardar a la gente que va llegando. Nosotros vamos contando los días para poder coger un barco con destino a Atenas.

Los barcos fletados por las autoridades griegas nos trasladan desde las islas del mar Egeo hasta el puerto de Pireo en Atenas y al puerto de Salónica, más al norte.

Desde ahí hemos sido transportados a la estación de autobuses para coger un transporte que nos lleve a la frontera entre Grecia y Macedonia.

De momento me siento muy cansada, pero ahora nos vamos a dormir y seguro que mañana estoy mucho más activa.

Día 3

Hoy estoy contenta. Tras llegar a la población de Eidomeni, nos dirigimos hacia el límite entre Grecia y Macedonia. Seguimos caminando con la intención de ir acercándonos más al norte de Europa en países donde se aceptan más las solicitudes de protección internacional. En la frontera entre Grecia y Macedonia nos derivamos entre empujones y momentos de tensión, todos esperamos nuestro turno para cruzar.

Diferentes grupos accedimos al tren en Gevgelija en Macedonia, que nos llevará a la frontera con serbia.

La gran mayoría de la gente dormía en los pasillos del tren. Una vez bajamos del tren y fuimos atendidos, nos preparamos para ir a la ciudad. Ahí el gobierno tiene instalado un campo recepción donde se nos otorgó un documento para que pudiésemos continuar nuestro viaje hasta Belgrado, algunos traficantes intentaban ganar dinero engañándonos con que el camino es seguro y está muy controlado.

En Presevo, una localidad de Serbia de apenas 10.000 habitantes.

Muy pocos nos quedamos una o dos noches. Pronto partimos a Belgrado y otros seguían directamente a Hungría.

Día 4

La mayoría de la gente iba en autobús y nosotros andando.  Serbia no nos impidió la entrada ni la salida.  La alambrada es lo que marca la frontera entre Serbia y Hungría. Muchos como nosotros pasamos la noche en la estación de trenes de la capital húngara, aquí montaron un campo de refugiados improvisado a la espera de coger un tren que les lleve a Alemania o Austria. De momento estoy un poco cansada pero es normal, llevo ya unos cuantos días sin descansar.

Día 5

Un montón de personas nos montamos en un tren en la estación de Budapest con dirección a la frontera con Austria, un montón de personas dormimos en el tren trampa. Ya se acerca el final, el primer contacto con la rica Europa. Es muy acogedor el centro de acogida en las afueras de Viena.

Las autoridades nos obligaron a dormir en tiendas de campaña o debajo de los árboles.  Aquí acaba nuestro fin de esta vida…

Día 6

Tras pasar la noche nos adentramos en los barrios berlineses para empezar nuestro largo proceso de solicitud de asilo ante la burocracia alemana.

… y aquí empieza nuestra nueva vida.

Simón Bernal. El diario de Samer

Día 1

Hoy hemos empezado la huida hacia Alemania. Con mis doce años, hoy he tenido que cruzar una gran verja que separa mi país del extranjero y poder conseguir mi sueño: celebrar mi cumpleaños en Alemania.

Aquí,  en  la  frontera,  empieza  mi  camino  hasta  Alemania.

Día 15

Hoy  he  embarcado  en  Turquía. En una lancha de goma nos hemos montado  80  personas.

De repente se ha parado el motor y hemos quedado a la deriva.

Hasta que hora y media después ha venido una lancha a recogernos, pero yo y unos más, nos hemos caído al agua y chapoteando he llegado a la lancha de esa ONG española. Después de esa pequeña aventura nos han trasladado a un dinghy que nos ha llevado hasta Grecia: Europa.

Ya me parece que estoy a las puertas del centro de Europa, cuando ya dos veces me parecía que estaba perdido.

Ahora voy a ir a una especie de cuartel para ser identificado junto a mi primo Mohamed, que sus padres fallecieron en Siria y los míos también.

Después de ser registrados, fuimos a dormir al refugio del capitán Elías, que es un antiguo hotel griego.

Esta noche me he sentido un poco solo y me hubiera gustado que mis padres y mis tíos estuvieran aquí con nosotros en Grecia.

Día   17

Hoy nos hemos levantado pronto y nos hemos montado en un crucero y a las 9:00 ya estábamos en la capital: Atenas.

En otro barco hemos ido al norte de Grecia y a las 10:30 hemos cogido un autobús que nos ha llevado a la frontera entre Grecia y Macedonia.

Hemos andado cuatro horas hasta ver la frontera.

Me da la sensación de que vamos a pasar varios días aquí, durmiendo en  la  tierra.

Día  20

A las 10:00 de la mañana han abierto la frontera y hemos cruzado 50 personas. Hemos cruzado con alguna pequeña dificultad, pero al fin y tras una frontera entre comunidades en las que nos hemos tenido que arrastrar por los suelos, hemos llegado a una ciudad llamada Gevgelija donde hemos cogido el “Siria express” que es un tren que nos ha llevado a la frontera con Serbia.

Desde que salimos de Siria, las cuatro horas y media a bordo del Siria Express han sido las mejores, las mejores con bastante diferencia: hemos leído, hemos disfrutado del paisaje, hemos reído,  hemos jugado y nos hemos divertido.

Arturo Falceto. Diario de Larry

Día 1

Hola soy Larry y lo que está escrito aquí es el diario que yo he escrito durante mi viaje como refugiado desde Siria a Europa.

Primero llegamos a Turquía, donde muchos más como yo se agrupan para huir de la ciudad de Abyad, donde está habiendo un bombardeo.

En un puerto de Turquía con unos hoteles muy lujosos mientras algunos disfrutan de una comida gourmet, otros como yo  huimos de  la guerra en Siria. Al llegar a la isla de Kos la gente besaba el suelo tras cruzar el mar Egeo a lomos de una barca de plástico con motor.

Al llegar tuvimos que esperar para que la marina griega nos identificara para continuar nuestro recorrido. En un hotel abandonado, mi familia y yo pasamos los días esperando a tener permiso para coger el barco con destino a Atenas.

Día 21

Los barcos llenos de refugiados llegan desde el puerto de Kos al de Atenas. Ahí tuvimos que esperar un poco para que nos recogieran unos autobuses para llevarnos a Macedonia. Al llegar toca caminar y después esperar a que te toque el turno para poder pasar la frontera.

Luego tienes que coger el Siria exprés para llegar a la frontera con Serbia. Mientras monto yo y muchos más sacamos la cabeza por la ventanilla del tren observando los verdes campos de Macedonia.

Día 37

Una vez bajamos en la ciudad de Presevo somos atendidos.  El gobierno serbio nos aporta documentación para poder seguir nuestro viaje y un lugar donde pasar la noche. Llegamos a Serbia. La mayoría en autobús, otros andando. En la frontera a Hungría hay una alambrada para impedir nuestro paso,aun así miles de refugiados siguen pasando.

Día 53

Al pasar conseguimos un lugar donde pasar la noche en la estación de tren húngara para por la mañana poder coger un tren a Alemania o Austria. Miles de refugiados lo cogieron pero si no puedes cogerlo tienes que ir a pie. El único peligro es que te cojan las mafias y lo más posible, si te cogen, es que mueras. Llegamos a Austria donde nos alojamos en pequeñas tiendas de campañas para continuar nuestro camino. Llegamos a Berlín y la cola es larga para inscribirse, hemos finalizado nuestro camino.

Juan Gállego. Diario de Sitav 12 años, Alepo

Día 1. 8 de septiembre de 2015

11:35 de la mañana:

Nos ha despertado el sonido de las bombas cayendo en la calle y los gritos de los vendedores de las tiendas de enfrente. Todos corriendo, nos hemos apretado contra la pared del salón y nos hemos puesto agachados debajo de una mesa de madera.

Una bomba ha caído en la terraza y se ha derrumbado el tejado. Sin duda éste ha sido el peor día de mi vida. He tenido que dejar la casa en la que había crecido y jugado, despedirme de mi familia y mis amigos y de todas las personas que he querido, para ir a un país donde no hablan mi idioma. Ayer habían anunciado algunos bombardeos en Damasco, hoy nos toca a nosotros.

12:50 de la mañana:

Las calles están llenas de gente goteando sangre a chorros. Hemos formado un pequeño grupo de unas 50 personas para ir andando hasta la frontera. Mis padres se proponen llegar a Alemania, pero nos conformaremos con llegar a cualquier país de la Unión Europea. Dicen que tendremos que andar unos 170 km para llegar a la frontera con Hungría.

Día 2. 9 de octubre de 2015.

No aguanto más. Hemos estado toda la noche sin parar de andar, mis hermanas tienen fiebre y solo podemos comer un plato de arroz cada día.

Mucha gente está enfermando y todavía falta mucho para llegar a la frontera. Después de un rato caminando nos hemos encontrado con una valla de alambre que separa el camino de un bosque. Mis padres dicen que habrá que escalarla. Primero lo han intentado 2 jóvenes. Lo han conseguido pero uno se ha abierto el brazo y casi se desangra. Luego han pasado a los niños y los bebés por encima y después lo han intentado los demás. Mi madre y mi padre han conseguido pasar aunque se han hecho heridas en la espalda. Algunas personas del grupo no han conseguido pasar. Después de un rato llegaremos a un puesto fronterizo. Allí sí que han reaccionado enseguida. Nos han retenido un tiempo y han llegado unas camionetas. Nos han hecho subir a todos en las camionetas por la fuerza.

Hemos llegado a un campo de concentración; es un terreno vallado con chozas y casetas pequeñas a lo largo de unos 2 kilómetros. Luego, unos soldados han venido y nos han entregado unas tiendas de campaña.

Quería volver a Alepo, estaba muy triste y preocupado por todo lo que había perdido. Además dormía casi por los suelos. ¡Porqué nos hacían esto!

Día 3. 7 de octubre de 2015

Llevo casi un mes en el campo de refugiados sin escribir en mi diario; le saco mina al lápiz rascándolo contra el suelo. Por las noches rezo el rosario con mi padre clandestinamente. Duermo en el suelo tapado por una sábana y sólo comemos comida en lata. Comemos solamente para desayunar y almorzar, nos dejan sin cena. Por lo menos hay algo más que arroz. Poco antes de ir a por las bandejas de la comida han venido unos soldados que se han llevado a algunas personas. Se han llevado al que dormía a mi lado. Son unos moros despreciables que nos miran como si fuésemos ratas. Menos mal que no se han llevado a mi padre. No sé qué ha sido de mi madre y mis hermanas.

Hoy mismo, por la tarde, han llegado unos tanques y helicópteros que, gracias a Dios estaban formadas por ONGS y policía europea. Han subido a las personas que estaban en un grupito de chozas, incluyéndonos a nosotros y en unos minutos hemos despegado. Estábamos muy pretos. Íbamos unas 20 personas y solo cabíamos 10. El viaje se me ha hecho un poco largo, pero aterrizamos en una superficie de piedra sobre-elevada desde la que se veían hileras de edificios altos. Debía de ser una ciudad grande. Hoy hemos dormido en unos sacos de dormir en el suelo de una nave y unos médicos blancos nos han atendido.

Día 4. 9 de octubre de 2015

Nos ha acogido una familia alemana en su casa hasta que nos den una. Son muy amables. Nosotros somos felices aquí. Me he apuntado a un colegio y comemos comida sana y rica.

Al fin hemos conseguido huir de la guerra. Creo que aquí somos felices y hemos conseguido nuestro propósito.

Hoy es el primer día aquí y estoy nervioso pero es el comienzo de una nueva vida.

Juan Hernández. Diario de Bayán,11 años.

13 noviembre 2016

Hoy ha sido un día muy duro. Todo era bastante normal hasta que vimos por las noticias que se aproximaba el ejército islámico. Decían que los del ejército islámico venían a hacer que toda la gente del mundo se hiciese de su religión. También decían que iban a liquidar a todo aquel que no lo hiciese.

Nos tuvimos que ir de casa porque nosotros no queríamos ser de su religión. Nos iban a matar, yo estaba muy nervioso al igual que toda mi familia. Además, pensar todo lo que íbamos a dejar, ¡además! ahora que empezaba a sacar buenas notas.

Otro problema es que mi mejor amigo Mohamed se iba a otro país a intentar estar a salvo.

14 noviembre 2016

Segundo día de esta catástrofe. Estoy muy nervioso por todo eso del ejército islámico pero no veis cómo lo está mi familia. Esta mañana hemos vuelto a hacer las maletas por problemas de alimentación. Dice mi hermano que dentro de tres días nos iremos en una barca extraña a España. También dice que ahí estaremos genial, con mucho dinero y sin guerras ni nada.

En ese momento yo pensé que lo de que no habría guerras sería verdad pero lo del dinero era mentira.

17 noviembre 2016

Hoy nos vamos a España en esa barca tan rara que decía, creo que se llama algo así como dinghi o dingho, bueno no estoy seguro de cómo se llama pero da igual. Dice mi hermano que no es muy segura la dinghi pero mi padre no le hace caso. La verdad es que me siento mal por aquellas personas que no tienen el dinero suficiente para ni siquiera ir en la dinghi.

Ahora mismo me gustaría ser el jefe del ejército islámico para detener esta injusticia. No solo por mí, sino por todas aquellas personas que incluso viven peor que yo, y eso ya es decir.

19 noviembre 2016

¿Qué pasa? Estamos en la mitad del océano sin agua ni comida y se nos acaba de acabar la gasolina. No puede ser y ahora qué hacemos dije yo cuando estábamos en la mar sin nada de nada. Mi hermano, cómo no, se quejó de que mi padre (el jefe) no le había hecho caso, lo dijo con razón porque ni siquiera se ofreció para escucharle. Bueno ahí seguíamos en la mitad de la nada hasta que un grupo de españoles que eran voluntarios para hacer de rescatadores vino a salvarnos.

Esther Isarre. Diario de Abdel Salam

Día 1

Hoy no tengo fuerzas, la ciudad está destruida y mi familia bajo las ruinas de los edificios.

Estoy en un campo de concentración con más personas que están muy mal heridas y cansadas por andar tanto. Este es el último rato libre que tengo para escribir hasta mañana, no tardaré en volver a levantarme y empezar a caminar kilómetros y kilómetros hasta llegar a otro campo de concentración.

Cada vez más gente está muriendo por las malas condiciones en las que estamos, no se puede vivir así, solamente tengo 12 años y veo como mueren los de 5 ó 6, esto es horrible.

Han destruido mi colegio, mi casa, mi ciudad y mi vida por completo, ya no soy una persona con dignidad, soy solamente un refugiado más.

Día 2

Hoy estoy agotada de tanto caminar, he andado 50 kilómetros para llegar al campo de refugiados. Mucha gente ha caído en el camino por insolación, estábamos a 48 grados y sin una gota de agua que llevarse a la boca. Hemos comido un poco de arroz pero no ha servido de mucho. Sigo con mucha hambre, sed y echo de menos a mi familia, solo quiero darles un abrazo. Ahora me voy a la cama estoy demasiado cansada para escribir mucho más y mañana tendré que andar 98 kilómetros.

Día 3

Hoy estoy en el campo de refugiados. Por fin nos han dado comida y agua a la mitad de los 98 kilómetros. No ha sobrado nada, cada vez tengo más esperanza de poder volver a mi antigua vida y encontrar una familia nueva, pero no me voy a hacer muchas ilusiones ,me podría caer una bomba encima en cualquier momento. Solo me quedan 100.000 kilómetros para llegar a mi destino pero muchas personas saben cuál es y no me lo quieren decir.

Mañana tendré que andar solamente 52 kilómetros.

Día 4

Ya he andado la mitad de los kilómetros y estoy bastante cansada. Anoche no pude dormir mucho, estaba muy nerviosa pero me conseguí dormir.

Ahora estamos comiendo y encima hoy voy a ir en barco hasta un país que aún no me han dicho cual es, pero me enteraré cuando pueda. Tengo que irme, me queda la mitad del recorrido.

Ignacio Loscertales

Hola me llamo Amhed, tengo 12 años, soy sirio y os voy a enseñar el camino que estoy haciendo para librarme de la guerra y poder vivir en un país que haya paz.

Día 1

Nos agolpamos en la valla que limita Siria con Turquía y muchos la intentan saltar para poder escapar.

Para salir de Turquía, muchas personas provenientes de Siria, Afganistán o Irak buscamos una embarcación para poder huir de la guerra y la persecución.

En la isla de Kos (Grecia) cuando llegamos, besamos el suelo por no haber muerto durante el trayecto.

Cuando llegamos al puerto marino de Kos, esperamos a ser identificados por la marina griega. Éste es el primer trámite para poder viajar a Europa continental.

Día 4

Nos hospedamos en hoteles o casas abandonadas, ya que la isla no cuenta con sitio para poder acoger a tantas personas. Me siento muy nervioso y tengo mucho miedo. Los barcos de las autoridades griegas nos trasladan desde las islas del mar Egeo hasta el puerto de Pireo (Atenas). Cuando llegamos, cogemos un autobús y nos transportan hasta la frontera entre Grecia y Macedonia.

Día 9

Tras llegar a la población fronteriza de Eidomeni, continuamos el trayecto para poder vivir en los países del norte de Europa.

Al llegar a la frontera entre Grecia y Macedonia, esperamos hasta que nos toque el turno para poder pasar a Macedonia. Muchos refugiados que han podido pasar de la frontera, cogen un tren desde Gevjelija (Macedonia), hasta llegar a la frontera de Serbia. Estoy contento pero a la vez triste porque hay muchas personas que mueren. Muchos refugiados provenientes de países conflictivos, duermen en los pasillos del tren y otros observan los maravillosos paisajes de Macedonia. Estoy muy cansado.

Día 11

Bajamos del tren, nos encontramos en Serbia, nos preparamos para ir a la ciudad de Presevo. Ahí hay un campo de recepción en el que se nos otorga un documento para poder viajar hasta Belgrado.

Cuando llegamos a Belgrado partimos inmediatamente hacia Hungría.

Día 13

En la frontera de Serbia y Hungría hay una valla de 175 km pero nosotros somos muy valientes y la cruzamos aunque nos pinchemos.

Muchos de nosotros en vez de ir en tren, vamos andando hasta la frontera de Austria.

Para muchos refugiados, Viena es el punto final de su trayecto y para otros es el principio. Muchos refugiados les dan mucho dinero a las mafias para que les transporten ocultamente en sus vehículos y poderles llevar a Europa.

Javier Moreno

Día 1

Hola, me llamo Abbas, vivo en Siria y tengo 12 años. En mi país ha estallado una brutal guerra y mi familia y yo tenemos que escapar. Al comienzo de este largo viaje hemos ido hacia una valla que tenemos que saltar muchos refugiados como yo para seguir el camino hacia Europa.

Día 3

Tras unos días hemos parado en un puerto de Turquía pero ahora estamos en una isla llamada Kos.

Llevo bastantes días sin escribir pero es que cuando íbamos en el barco la mayoría del tiempo iba dormido para no gastar fuerzas !ah sí¡ hoy hemos llegado a Europa, qué bien, pero ahora tenemos que llegar a un país.

Estoy muy cansado porque llevamos un montón de tiempo caminando. Menos mal que por fin llegamos a la frontera Grecia – Macedonia. Éste es un gran tramite, espero poder pasar con toda mi familia.

Día 12

Ya hemos pasado. Tras unos días de tensión porque mi hermano menor no pudo pasar, estoy muy triste, lo quería mucho pero solo podían pasar 4, así que lo hemos dejado con una familia griega que lo ha acogido. Ahora vamos al tren “Siria exprés”.

Hemos llegado sanos y salvos. Ahora toca andar.

Ya hemos llegado a Budapest y vi como a un amigo mío le entrevistaban.

Día 20

Llevo mucho tiempo sin escribir pero esta vez no he podido porque tenía que estar atento a las mafias que había cerca, hoy hemos llegado a Austria.

Tras mucho tiempo hemos llegado a Berlín un final feliz.

Andrés Orús. El diario de Ahmad

Hola me llamo Ahmad, tengo 11 años, soy un niño sirio que intenta huir de la guerra. Este diario que estáis viendo lo hago cada noche en el lugar que pueda.

Lo primero fue salir de Baniyas que es mi ciudad. Al llegar a la frontera de Siria hacia Turquía había una gran valla que nos impedía pasar a todas las persona. Mi familia y yo la cruzamos escalando, mi hermano Barend se hizo un corte muy grande al pasar la valla así que mi padre lo cogió y seguimos corriendo.

Ya en Turquía intentamos coger un barco que nos llevó a la isla griega de Kos. Cogimos un barco, el trayecto fue muy largo, nos tuvo que rescatar un barco griego porque la mafia solo nos puso para 40 millas de combustible que era de salvamento marítimo, nos llevaron a la isla de Kos, ese era nuestro destino. Después todas las personas y yo besamos el suelo.

Al llegar esperamos a que nos identificara la marina griega. Suponía que ese iba a ser uno de los muchos problemas del viaje antes de llegar a Europa continental.

Mientras esperábamos para encontrar un barco que nos llevara a Atenas nos refugiamos en un hotel abandonado sin infraestructura llamado capitán Elías.

Después, un barco de las autoridades griegas, nos va a trasladar al puerto de Salónica. Ahí seremos trasladados a una estación de autobuses para coger un transporte que nos lleve a la frontera entre Grecia y Macedonia.

En la frontera caminamos con la intención de seguir con nuestro trayecto hacia el norte de Europa. Nos han dicho que en esos países se aceptan solicitudes de protección y las condiciones de acogida son mucho mejores.

Al llegar a la frontera de Grecia y Macedonia nos encontramos a gente empujando y a policías que van organizando quien pasa y allí esperamos nuestro turno para pasar a Macedonia.

Ya en Macedonia cogimos un tren llamado Gevgelija a esperar a que nos llevaran a la frontera con Serbia.

En el tren nos juntamos sirios, iraquíes, afganos y algún nigeriano. Mucha gente dormía en el suelo pero yo tuve la suerte de encontrar un asiento libre para dormir…

Al bajar del tren nos juntamos con mucha gente y fuimos atendidos, nos dijeron que nos iban a llevar a Presevo, pero nuestro destino era Alemania o Suecia.

En el campo de refugiados en Presevo nos dijeron que nos trasladarían a Belgrado o si queríamos seguir a Hungría podíamos seguir andando.

Cruzando Serbia hay gente que la cruzaba en autobús pero la mayoría de personas como yo y mi familia cruzamos Serbia andando y fue muy agotador. A llegar a la frontera con Hungría nos encontramos con una gran alambrada. Nos han dicho que Viktor Orban había mandado construir una valla de 175 km en un tiempo récord para que no pasáramos.

Un refugio improvisado fue la estación de Budapest donde centenares de personas pasamos allí la noche esperando a que un tren nos llevara a Austria o a Alemania.  Ahora las autoridades húngaras han cerrado la estación. Mucha gente sube a un tren en la estación donde se supone que les lleva a la frontera con Austria pero rumorean que el tren es trampa y nos lleva a un campo de refugiados cerca de Austria.

Muchas personas salen andando porque no llega ningún tren que les lleve a Viena  y una de ellas soy yo junto con mi familia. Vamos a la frontera de Austria que está a más de 200 kilómetros de distancia.

Dicen que 71 personas se subieron a un camión frigorífico de una mafia para llegar a Austria pero todas murieron asfixiadas. La gente que está mucho tiempo esperando recurre a las mafias como única salvación.

Nada más llegar a Austria nos llevaron a un centro de refugiados en las afueras de Viena pero había muy mala organización y tuvimos que dormir en el suelo. Para mucha gente este es el punto final de su viaje.

En Berlín nos llevaron al barrio de Moabit, que alrededor de medio millar de refugiados llega allí cada día y bueno aquí acabo mi largo viaje de 3 años.

Ángel Satué

Día 1

Hoy es un duro día. Yo, junto con miles de compañeros estamos huyendo de la guerra contra el estado islámico. Aquí comienza nuestro viaje hasta Europa.

Tan solo cinco kilómetros nos separan de la zona de Akyalar. Mientras unos comen en restaurantes de la zona, muchas personas como yo, intentamos encontrar una embarcación para huir de la guerra y la persecución.

Día 2

Cuando llegamos a la isla de Kos, mis compañeros y yo, empezamos a besar el suelo. Cruzamos el mar Egeo en pequeñas barcas sin motor.

Al llegar, fuimos registrados por el pueblo de Kos tras ser interceptados por la marina griega.

Una familia siria descansa en el hotel abandonado a causa de no tener medios.

Contamos los días para que nos den el permiso para coger un barco a Atenas.

Nos trasladan del mar Egeo hasta el puerto de Pireo en Atenas.

Tras llegar a la ciudad fronteriza con Macedonia, nos dirigimos al límite de la frontera. Caminamos para seguir nuestro camino y poder llegar a países de Europa donde las condiciones de vida son mejores. Tras cruzar el límite, diferentes grupos de refugiados podemos entrar en el  “Siria exprés”, tren que nos llevará a la frontera con Serbia.

Día 3

En el campo de refugiados de Presevo, la fila de refugiados llega hasta donde alcanza la vista, solo unos pocos de nosotros nos quedaremos una o 2 noches más antes de ser trasladados a Belgrado o seguiremos directamente a Siria.

La mayoría llega en autobús, aunque otros lo hacemos a pie.

Después nos dimos cuenta de que éramos minoría en nuestro propio continente.

Una valla de 175 km construida en tiempo récord alrededor de la frontera nos separaba de ella.

Yo, junto con cientos de mis compañeros que nos acompañan en este viaje pasamos la noche en el campo de refugiados improvisado de la estación de trenes de la capital húngara para coger un tren que nos lleve a Austria o a Alemania.

Día 4

Cientos de los nuestros subimos al tren de refugiados en la estación de Budapest en dirección a la frontera con Austria.

Pero las autoridades húngaras tenían otro destino para nosotros: un campo de refugiados en una población cercana. Sin éxito alguno, mis compañeros pasaron la noche en el tren.

Día 5

A la mañana siguiente, una inmensa columna de refugiados se puede ver andando en dirección Budapest a 200 km de distancia.

71 de mis compañeros subieron a un camión frigorífico, todos murieron asfixiados.

Día 6

Por fin llegamos a un campo de refugiados en Austria, para mis compañeros y yo, es el final del viaje, pero a otros aún les queda un largo camino por delante…