EL ACTOR Y EL TEATRO EN LA CALLE
El Teatro es una actividad humana que hunde sus raíces, en la civilización más antigua. Y con razón. Sirve para expresar valores, conductas, sentimientos, que bien enaltecen a los hombres o provocan su ruina.
La propia sensibilidad constata que no debe considerarse al Teatro como una diversión, sino como espectáculo capaz de instruir o extraviar el espíritu y de perfeccionar o corromper el corazón de los ciudadanos.
Es una construcción viva, arquitectura en movimiento.
Toda obra teatral requiere un actor que la estudie, profundice, se enamore del tema, se identifique con los personajes, sepa reflejar el sacrificio, el amor, la gallardía, la cobardía, la maldad y transmitir todo el conjunto al público.
Un mal actor puede dar al traste en la mejor obra.
Todos sabemos que los tres elementos fundamentales del Teatro son: Autor (su texto), Actor y Público. La conjunción de estos tres elementos es lo que produce la Representación, única razón de ser del Teatro.
El Teatro es un tablado, una pasión, un intérprete y un público. Y de ellos sacamos un elemento imprescindible: el Actor. Puede haber Teatro sin texto escrito, como sabéis, y sin público. No puede haber Teatro sin Actor. Pero detengámonos en el Actor. ¿Qué es el Actor? ¿Por qué existe el Actor?
Son hombres y mujeres tímidas, frustradas tal vez en su propia personalidad que quieren ser personajes. Es decir: lo que no pueden ser en la vida vulgar. Seres llenos de pasión contenida, prisioneros de la masa que al separarse de ella, escondidos por esa barrera de luz de las candilejas, diablas y reflectores, se manifiestan, auténticos, vivos, tal vez como quisieron ser. Sí; separados de la masa por la luz, libres, por fin, sin temores. Y ellos, son entonces, tanto como quisieron ser. Y lo logran. Más aún: consiguen la inmortalidad porque como dice Pirandello, “el hombre muere, pero el personaje jamás”.

Cuatro “Jesús”, por la izquierda: Antonio Laiglesia “Toño”, Julián Aquilue, Jorge Cored y Pablo Baltasar
Esta fotografía que nos ha proporcionado “Toño”, nos da el pensar como el Teatro está en la calle, como los personajes lo llevan “puesto”, como en sus diálogos, al ser con otros personajes de obra, aparece sin dudarlo, aquella palabra o frase que sin venir a cuenta, los sitúa en la escena que no olvidan y a la vez les une y se descubren con la ilusión verdadera del ser personaje.
Julián Aquilue interpretó el personaje de Jesús en los años 1972 a 1975, y Antonio Laiglesia en los años 2001 a 2010. De Jorge Cored y Pablo Baltasar, sus representaciones del personaje de Jesús, son de la actualidad.

Actores y Artistas actuando en la calle
Sobre el Actor y el Teatro en la Calle, que estamos comentando no puedo olvidar como en la vieja ciudad italiana de Bérgamo, se celebró durante unos cuantos días una especie de sueño. De repente la vida cotidiana, las calles familiares, las tareas habituales, las preocupaciones menores y las inquietudes graves cambiaron. Todo el pequeño mundo de la ciudad quedó abierto a un horizonte insólito poblado por criaturas que tan pronto se mantenían hieráticas como danzaban o recitadores y dialogantes a modo de texto de obras de Teatro.
Naturalmente se trataba de actores y artistas que se habían dado cita en Bérgamo desde todos los rincones del mundo. Y toda esta magia tenía un origen de inspiración.
El responsable de las maravillas de Bérgamo era, en efecto, el “Taller Internacional del Teatro de Grupo”, como un intento para aprender a superar la “crisis” de la vida teatral.
Quienes hacen este Teatro son personas que raramente han recibido una formación teatral tradicional pero que no son tampoco aficionados. Estos Grupos han surgido más o menos en todas partes. Actores y directores no buscaban sólo la representación teatral por original y refinada que sea. Para ellos el Teatro es una manera de estar en el mundo, un medio de transformar las relaciones humanas, un tejido social vivo.
En definitiva, Actores, músicos, bailarines y artistas, provenientes de todos los rincones del mundo, se dieron cita en la hermosa ciudad italiana de Bérgamo, trabajando conjuntamente e intercambiando experiencias, incluso frente a un público, en un “Taller Internacional de Teatro de Grupo”.