Queridos Antiguos Alumnos

23 enero 2022

Enero para la familia salesiana es el mes por antonomasia, enero es un mes salesiano. Y no solo porque lo cerramos con la fiesta a nuestro patón sino porque recordamos a dos personas importantes en nuestros ambientes.

La primera es Laura Vicuña, y diréis ¿Y quien es esa? Pues es una niña que nació el 5 de abril de 1891 en Santiago de Chile. Es la primogénita del matrimonio José Vicuña y Mercedes del Pino. Poco después de nacer la segunda hija: Julia, muere su padre quedando la familia en la indigencia. Mercedes emigra con otros chilenos a la Argentina buscando un bienestar. Allí comienza a convivir con Manuel Mora, dueño del comercio  donde  trabajaba  ella  como dependienta.  Laura y su hermana ingresan al colegio María Auxiliadora, donde comienza  en

Enero para la familia salesiana es el mes por antonomasia, enero es un mes salesiano. Y no solo porque lo cerramos con la fiesta a nuestro patón sino porque recordamos a dos personas importantes en nuestros ambientes.

La primera es Laura Vicuña, y diréis ¿Y quien es esa? Pues es una niña que nació el 5 de abril de 1891 en Santiago de Chile. Es la primogénita del matrimonio José Vicuña y Mercedes del Pino. Poco después de nacer la segunda hija: Julia, muere su padre quedando la familia en la indigencia. Mercedes emigra  con otros chilenos a la  Argentina buscando un bienestar. Allí comienza a convivir  con Manuel Mora,

dueño del comercio  donde  trabajaba  ella  como dependienta.  Laura y su hermana ingresan al colegio María Auxiliadora, donde comienza  en ella una sensibilidad muy grande a la fe cristiana.

Al volver de las vacaciones siendo ya adolescente, Manuel trata de abordarla y es rechazado. Poco después en una fiesta la invita a bailar y vuelve a rechazarlo, lo que provoca su ira y le obliga a dormir en la intemperie. Lo siguiente que hace es no pagarle la cuota de la escuela, pero las hermanas la reciben gratuitamente. Debido a una enfermedad de Laura, su madre decide abandonar la casa de Manuel y volver a su pueblo natal. Preso de la ira, propina una feroz paliza a la joven y ella viendo próxima su muerte le dice a su madre: “Mamá, la muerte está cerca, yo misma se la he pedido a Jesús. Le he ofrecido mi vida por ti, para que regreses a Él” y le pide que le abandone definitivamente y se convierta al cristianismo. Laura muere a los 13 años y desde 1956 sus restos descansan en el Colegio María Auxiliadora e  Bahía Blanca, Argentina.

El segundo personaje del que os quiero hablar es San Francisco de Sales.

Francisco nació en el Castillo de Sales, en Los Alpes en el seno de una familia noble.

A los 13 años viajó a París y estudió en una escuela de Jesuitas, pasando después a la Universidad de París y a la de Papua donde estudió derecho y Teología. Lamentablemente como ocurre en muchas ocasiones tubo que ocultar a su padre su vocación sacerdotal y solo su madre y sus amigos íntimos lo sabían.

Al terminar sus estudios, la llamada de Dios seguía presente en él y con la ayuda de un clérigo de Sales y el Obispo de Ginebra hablaron con el Papa Clemente VIII. Que sorpresa se llevó su padre cuando el mismo Papa le invitaba a trabajar en la catedral de Ginebra. Así pues, el padre no tuvo más remedio que acceder a que su hijo fuera sacerdote.

San Francisco de Sales, desarrolló un carácter y una personalidad alegre; era optimista y paciente, y dedicó sus comienzos a ejercer la caridad entre los pobres. Su fama creció tanto por su virtud como por su sencillez. Fue nombrado Obispo Coadjutor de Ginebra; viajó a Francia y así llegó a hacerse amigo del mismo Enrique IV, el rey, quien deseaba que Francisco se quedase allí en palacio, pero el santo rechazó la oferta volviendo a Ginebra; (prefiero a la “esposa pobre”, dijo, refiriéndose a la Iglesia de la calle, de la que provenía). En 1602 muere el Obispo y Francisco tomó su lugar, su estilo de vida y carácter cobraron mayor fama ya que se reveló como un gran organizador de su diócesis, llevando una vida austera y con suma preocupación por los pobres y por la formación de sus feligreses, por ello empezó a escribir libros de manera sencilla que gustaron a todos los que los leían.

Sandra Rapún.

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