Necesitamos ESPERANZA
La Cuaresma y la Pascua de Resurrección nos dan confianza en el futuro.
Al inicio de este 2025 ha sido posible observar un evento espacial estelar denominado alineación planetaria; la conjunción de Saturno y Venus fue la primera; hasta cuatro de ellos han podido verse a simple vista durante varios días desde mediados de enero a fin de febrero (dependiendo de la ausencia de nubes; el 4 de febrero un grupo de personas dirigidas por Carlos Garcés, vicepresidente de la Asociación Astronómica de Huesca, desde el cerro de las mártires/parque de los mártires, observamos la alineación de 4 planetas y luna creciente y las constelaciones Tauro y Géminis). Se trataba de aprender con el cielo. Es como si Marte, Júpiter, Venus y Saturno desfilasen juntos. Luego Neptuno y Urano se unieron, pero no eran visibles a simple vista. Y el 28 de febrero, con Mercurio, eran siete planetas. Estos planetas siguen siempre la trayectoria conocida como eclíptica, pero verlos alineados a la vez es infrecuente, no ocurre todos los años, no se repetirá hasta 2040; y aunque nos parezca que están muy cerca unos de otros, en realidad están desperdigados a lo largo de un abismo de millones de kms de espacio entre ellos en el sistema solar. También se produjo, visible en el centro y oeste de la Península, el 14 de marzo el efecto “luna de sangre” pues en luna llena, el Sol, la Tierra y la Luna se alinearon con precisión, de modo que la sombra de nuestro planeta cubre el disco lunar en el cielo.
El historiador y teólogo Jacques Arnould se refiere a estos acontecimientos astronómicos en las llamadas “religiones del Libro” pues sus rituales tienen por objeto ahuyentar la oscuridad para que reaparezca la luz del día, por lo cual concluye “una reunión de planetas suele considerarse una celebración y no una catástrofe”.
Ha comenzado la Cuaresma, período de tiempo que nos lleva a acciones tan cristianas como la oración, el ayuno y la limosna. Se oirán los tambores, saldrán las cofradías en las procesiones, habrá Vía Crucis, la representación teatral de La Pasión por los A.AA. salesianos, etc. Toda una conmemoración de la Pasión, muerte y Pascua de Resurrección del Señor. El 5 de marzo se inició con el “miércoles de ceniza” para prolongarse durante cuarenta días hasta el 17 de abril. Este año 2025 coinciden varios acontecimientos y casualidades, algunas de carácter universal, otras a nivel mundial -Año Jubilar- y también locales de profundo calado por lo que representan en las tradiciones de los oscenses. Entre éstas se conmemora el 140 aniversario (22 abril 1884) de la consagración de la basílica de San Lorenzo por lo que el busto-relicario del santo (que distribuyó los bienes de la iglesia, presentando a los pobres como el verdadero tesoro), se expone al lado del altar mayor sobre un pedestal durante todo este Año Jubilar. Éste coincide con, especialmente para nuestra ciudad, con el 1800 aniversario del nacimiento (a.225) de San Lorenzo martirizado 33 años después en Roma (a.258). (más información libro: “San Lorenzo, de Huesca a Roma para el mundo”). Y en abril los danzantes acompañados por decenas de oscenses con la asociación Cuna de San Lorenzo viajarán a Roma donde habrá una jornada lauretana en la cual actuarán con sus bailes en honor del Santo patrono en su basílica San Lorenzo Extramuros.
También es coincidente este año con la Cuaresma cristiana el mes de Ramadán, símbolo de un común viaje en la vida, como dice J. Mª Alemany, con lo que los creyentes islámicos buscan mostrar su agradecimiento por lo que han recibido de su Dios y les impulsa a ser compasivos con sus semejantes. Lo más impresionante es para nosotros su ayuno riguroso. Pero también sintiendo la común afirmación de un solo Dios tanto para cristianos como musulmanes nos encontramos los creyentes, desde perspectivas distintas, en un tiempo de celebración en el cual volvemos a iniciar la relación colectiva (oración, ayuno, limosna) con los demás en lo más fundamental. Y rechazar de nuestro mundo los extremismos, los radicalismos, la violencia (quitarnos el mantra “matar en nombre de Dios”, que es un sacrilegio. Cristo representa la paz, no la guerra). Tiempo también de tomar conciencia de las penalidades y sufrimientos de los más pobres y necesitados.
UN GRAN SIGNO DE FE Y ESPERANZA
Con la colaboración del naturalista y divulgador José Miguel Navarro hemos asistido este día 5 de marzo al fenómeno astronómico denominado asoleo (para más información ver libro “Luz sagrada”) que se da en la capilla de San Joaquín de la Catedral de Huesca sobre la verja en la que una imagen de la Virgen Inmaculada, precisamente Madre de nuestra Esperanza, rico simbolismo teológico, es irradiada por un rayo de luz procedente de los óculos del tambor de la cúpula, en los equinoccios de primavera y otoño.
Hay que recordar que la Catedral de Huesca está dedicada a Jesús Nazareno y Santa María. Cuando se recreció la fachada de poniente por encima de la portada principal se abrieron vanos y se construyó el rosetón arriba del tímpano en el interior del gablete, así pudieron comenzar a darse los dos asoleos documentados en el altar mayor.

«El Asoleo de la Sta. Cruz» (Iván Antolín. «Luz sagrada» de J.M. Navarro.)
Por ello, en este tiempo de Cuaresma, en el Retablo Mayor de la Catedral se da este fenómeno lumínico -si en los días luce el Sol- en varias partes importantes para las fechas que nos ocupan: desde el 18 al 24 de marzo, entre las 17:30 y las 18:30 h, asoleo en el óculo del Retablo; y del 1 al 5 de abril, de 16:30 a 17:30 h, asoleo en la escultura de la Crucifixión. Nos presentan diferentes lecturas simbólicas que calcularon con exactitud aquellos artistas y artesanos constructores.
El Retablo mayor de la Catedral de Huesca, realizado por el taller del escultor Damián Forment, representa en sus calles principales las escenas más importantes de la Pasión y Crucifixión de Cristo. En el sotabanco, cobijadas bajo doseletes, La Última Cena, la Oración en el Huerto, el Beso de Judas, la Flagelación, la Coronación de Espinas, Ecce Homo y Jesús ante Pilatos. Además, el símbolo de la Resurrección, representado por grifos enfrentados junto a pebeteros sobre los que renace el ave Fénix (=esperanza, regeneración). Y en la parte superior del banco resalta Cristo Salvador bendiciendo en una mandorla rodeada de querubines.
Poco antes de las 17 horas (del 1 al 5 de abril este año) una luz procedente del rosetón ilumina el rostro de Cristo camino del calvario. Mientras una segunda luz ilumina al Salvador (Cristo triunfante en mandorla), la primera llega a la escena de la Crucifixión en la que en sendos lados y sobre el madero horizontal están representados el sol y la luna. Es el asoleo de la Sta. Cruz. Supone el momento culminante de este fenómeno que da sentido y refuerza el mensaje de Cristo como salvador del mundo. No sin antes advertirnos del sufrimiento cuando se ilumina la escena del Descendimiento y observamos a las mujeres dolientes.
Y por último me referiré a D. Bosco cuando decía “camina mirando al cielo con el corazón, pero con los pies en la tierra”. Una forma de vivir con el ánimo esperanzado en medio de las dificultades. Un ejemplo, en la casa salesiana de Huesca, se pone en marcha con la Javierada, de la asociación de montaña Javieres y Entarachen Bosco Global, así como la caminata denominada Nueno-Etiopía, poniendo en práctica el ayudar a los más necesitados y el compartir siendo luz en este mundo que nos ha tocado vivir. La esperanza nos ayuda a afrontar retos y mejorar nuestra espiritualidad. Como dice el papa Francisco somos peregrinos de la esperanza: “Debemos mantener la llama de la esperanza que nos ha sido dada, y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras”.