ARTE Y SEMANA SANTA
PROTAGONISTAS UNIDOS POR LOS TIEMPOS
En nuestra ciudad, como en el resto de las ciudades del país y en la casi totalidad de nuestros pueblos se conmemora la más importante Semana para los cristianos y por ende para todos los creyentes. Es el mayor acontecimiento del calendario litúrgico en que se recuerda la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, lo cual constituye el núcleo mismo de la fe cristiana, su máxima significación religiosa, y por lo que se han ido desarrollando las tradiciones a lo largo de los siglos. Una de las que en la contemporaneidad ha arraigado de nuevo con fuerza es la de los tambores que organizan concentraciones anunciando prematuramente la Semana Santa; aunque en Teruel es muy antigua la singular Ruta del Tambor y el Bombo, y quizás provenga heredada de una ceremonia ancestral ya documentada en la Edad Media cuando los caballeros de las Órdenes Militares religiosas portaban en sus traslados estos instrumentos de percusión.
Muchas de estas tradiciones populares se han convertido en Fiestas de Interés Internacional pues representan momentos emblemáticos y por cada región, comarca, ciudad o pueblo son días de fuerte arraigo con sus propias características y elementos diferenciados de implicación social: Silencios, Teatralizaciones, Pasos, Luz de fuego, Tambores, Liturgias…. Las protagonistas de la celebración y religiosidad popular son las Cofradías y las Procesiones. Pero las demostraciones religiosas de dolor y sentimiento llegan al cénit el Viernes de Pasión. Y el calendario litúrgico nos presenta el Triduo Sacro dentro de los templos: Jueves, Viernes y Sábado Santos, como representación y símbolo de los misterios propios de la Semana Santa sacramental, sacerdotal y eucarístico. Allí se coloca “El Monumento” del Jueves Santo concebido como el catafalco de Cristo con su sentido eucarístico.
En España se pueden nombrar centenares o miles de ejemplos de “Semanas Santas” en grandes o pequeñas poblaciones, pero citaré tres ciudades que concitan un popularísimo interés: En Sevilla, desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección, sesenta hermandades desfilan hasta su magnífica Catedral y la ciudad se convierte en un museo de arte barroco. En Granada el Miércoles Santo, la procesión del Cristo de los Gitanos que baja por las colinas del Sacromonte, es una de las más sentidas; y el Sábado Santo sus calles dedican a la Señora de la Alhambra su procesión bajando desde su templo por el paseo del recinto nazarí. Y Málaga celebra una de las Semanas Santas más antiguas y vistosas de España desde la época de los Reyes Católicos. Se distinguen sus procesiones porque las andas que portan las imágenes se llaman tronos y no pasos, debido a su gran tamaño.
La Semana Santa posee una enorme significación artística. En nuestra ciudad de Huesca podemos destacar la excelente representación teatral de La Pasión por el grupo de Antiguos Alumnos de los Salesianos en el salón teatro del colegio, así como la banda de tambores y los cofrades que acompañan el paso del Cenáculo de la Cofradía Salesiana del Santo Cáliz. También se llenan las calles del fervor y devoción con las procesiones que organiza la real Archicofradía de la Santísima Vera Cruz en la que destacan los “pasos”, uno de los cuales, “El Descendimiento” del escultor grausino Felipe Coscolla cumple cien años desde que lo realizó para la procesión de 1923. El padre de un Antiguo Alumno, Carlos Jalle presenta una exposición de miniaturas hecha con materiales reciclables digna de admirar en el centro cultural sobre “Mi pequeña Semana Santa”, además de ser el fotógrafo autor del cartel anunciador de la Semana Santa en Huesca. En el claustro de la iglesia de Santa Teresa, la Asociación Belenista Oscense, presenta los dioramas de La Pasión; y en el pórtico de la Semana Santa, además de conferencias, Vía Crucis camino de Salas, el pregón, conciertos,… se proyecta “Llena eres de gracia”, la película del cineasta L. Montull, con guion del salesiano Josan Montull.
Referente a la Historia del Arte, en la que ya consideramos clásicas obras de escultura y pintura nos encontramos con las escenas más importantes de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo realizadas por magníficos artistas, temática que forma parte del arte religioso de muchos famosos artistas, de las cuales quiero recordar algunas de ellas, que son representativas:
“Entrada de Jesús en Jerusalén”.- Escultura neorrománica del claustro de San Pedro el Viejo de Huesca.
Jesús en el centro de la escena, nimbado, sobre el borrico y entre la muchedumbre avanza mientras una mujer tiende una tela en el suelo, otros encaramados en una higuera y otros con palmas alabándole.
“La Última Cena” de Juan de Juanes.- Óleo sobre tabla (1555-62).-
Será un pintor de la iconografía contrarreformista, y en esta obra exalta la Eucaristía; las figuras se disponen en torno a la mesa en la que vemos un cáliz, pan, una jarrita de vino, una patena; Jesús acompañado de varios discípulos cuyo nombre está en los nimbos, menos el de Judas que se encuentra en el taburete y donde se ve que lleva una bolsa de dinero; una jofaina y una jarra aluden al lavatorio anterior a la cena. Composición simétrica con Jesús en el centro, esquema horizontal en la mesa y triangular con los personajes al modo de Leonardo de quien recibe influencia de su pintura; la importancia del dibujo para delimitar los colores es lo que aprendió de Rafael; expresiones de los personajes sin tensión pero sí dinamismo que se nota en las manos y en la diversidad de rostros.
“La coronación de espinas” de Van Dyck (1618-20).- Óleo sobre lienzo.
Escena en interior, la figura de Cristo sentado en el centro de la composición y a su alrededor un grupo de sayones. La “corona” protagoniza indirectamente el cuadro. Miguel Ángel Buonarroti fue el inspirador del autor de estas figuras en las que se caracterizan las expresiones de los rostros perfectamente; los contrastes vienen provocados por una luz fuerte y clara, pero ejerce mayor interés por el color y las calideces de la tela. En la ventana el paso de la luz deja ver dos personajes anecdóticos y un perro ladrando muestra lo cotidiano en la pintura religiosa.
“El Descendimiento de Cristo de la Cruz”.- de Roger Van der Weyden. 1435.
Óleo sobre tabla. Magnífica obra al modo de los retablos flamencos y alemanes. Todas las figuras distribuidas en primer plano sin que ninguna oculte a las otras. Diez figuras en total: Cristo muerto, María, San Juan, santos varones, mujeres y la Magdalena. Hermosos ropajes. Y una curiosidad: en los extremos superiores del marco aparecen unas pequeñas ballestas que identifican a los donantes (fue una obra encargada para la capilla de los Ballesteros de Lovaina).
“La Piedad”.- En la Basílica de San Pedro del Vaticano. De Miguel Ángel Buonarroti.- 1489-99 Escultura en mármol.
Su autor, orgulloso de la misma la firmó en la banda que cruza el pecho de la Virgen. Madre que sostiene en sus rodillas el cuerpo muerto de su Hijo. Serena definición plástica de la belleza neoplatónica, de la mansedumbre consciente del Humanismo cristiano. Para Miguel Ángel, la Madre no llora como las madres terrenales. Sólo la mano izquierda, apenas levantada, comunica el lamento del viejo himno medieval: “Miradme y decid si hay en la tierra dolor comparable a mi dolor.”
“Entierro de Cristo”.- Caravaggio 1602-04. Óleo sobre lienzo. Barroco italiano. Museos Vaticanos.
Casi a modo de foto instantánea en este breve momento concentra todo el movimiento y el dramatismo en el que los discípulos van a alojar el cuerpo de su Maestro en la tumba, una piedra fría y grisácea. Grupo de personajes delante de un fondo oscuro: Nicodemo que vuelve el rostro hacia el espectador es ayudado por San Juan Evangelista a depositar en la losa el cuerpo de Cristo donde será lavado y perfumado antes de ser enterrado y cubierto por la piedra. En segundo plano La Virgen, Mª Magdalena y Mª de Cleofás, cada una de ellas expresando el dolor de manera diferente.
“Resurrección de Cristo” (1578-81) Renacimiento. Óleo sobre lienzo. Museo: Scuola Grande di San Rocco de Venecia.
Importante escena de toda la decoración de la Sala. La monumental figura de Cristo resucitado reforzado el escorzo de su figura por cuatro ángeles levantando la losa marmórea del sepulcro, de la que surge una luz sobrenatural. Los soldados romanos dormidos en la parte inferior en penumbra. Y en la parte izquierda las mujeres se acercan a la tumba del Salvador iluminadas por una luz natural destacando sus vestiduras.
El Domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena de la primavera tras el equinoccio de Marzo, celebraremos la Pascua de Resurrección. Así como en la primavera resurge la vida, renazcamos a la vida y celebremos la Pascua en este nuevo ciclo primaveral.
¡¡¡FELIZ PASCUA!!!