Decir 31, es decir “San Juan Bosco”
María Auxiliadora en la pedagogía de Don Bosco
Aquellos 31 de enero, tan centrados en la Fiesta, en el Colegio, en el mundo entero. Cuantos actos, cuanta entrega, cuanta ilusión, todo en torno a San Juan Bosco. Hoy hay más prisas, la agenda está a rebosar, pero destaca enero con la excepción en los días 24 y 31 del calendario. Y nos dice mucho más. Veamos.
En una conferencia a los Cooperadores de Valdocco, el 4 de julio de 1883, Don Bosco ensayaba algo así como demostración teológica de su hacer pedagógico: “Demostró —dicen las Memorias Biográficas— que la Virgen ama a la juventud y, por lo mismo, a cuantos se preocupan de ello. Y María ama a los “aquellos” por los siguientes motivos: Porque es Madre, y las madres experimentan mayor ternura por los hijos que todavía son pequeños, que por los que son adultos; porque son inocentes; porque corren mayor riesgo de ser seducidos y, en consecuencia, son más dignos de compasión, de ayuda y de defensa; finalmente porque representan más al vivo a su Hijo Jesús, que pasó su infancia y su juventud bajo la mirada de Madre” (M.B. 16, 284).
Educar “marianamente” a los jóvenes consiste en orientarles hacia la práctica devota, el culto fiel y a la petición confiada a la Virgen María. Esta devoción a la hora de educar, Don Bosco la extendía como un valor dogmático, no meramente ético o ejemplar. Y cuando se refiere a Ella y afirma que es el punto de apoyo de la juventud, habla en un sentido estrictamente teológico.
El aspecto fundamental de la educación mariana de Don Bosco se basa en la mediación universal de la Virgen y tenemos verdadera necesidad de las gracias del Señor y si queremos conseguir estas gracias, acudamos a María para que Ella interceda, nosotros recurrimos a Ella y le demostramos que somos hijos suyos, odiando el pecado y manteniéndonos alejados de él. La Virgen se manifestará como nuestra guía, nuestra maestra y nuestra madre.
Según su primer biógrafo, ya en el primer discursito de Don Bosco a los primeros jóvenes recogidos, tocó este tema de la mediación universal: estad íntimamente persuadidos de que todas las gracias que pidáis a esta buena Madre os será concedidas. Habría además tener en cuenta la “amorevolezza”, es decir, la amabilidad y ternura que domina todo este espíritu mariano, simple y sustancial estabilidad, anclado fuertemente en las grandes verdades del dogma católico.
Jóvenes del Colegio y antiguos alumnos, todos tenemos experiencias buenas con nuestras visitas en el Santuario a María Auxiliadora que nos escucha, nos orienta y siempre está con nosotros. No hagamos que se ponga triste por nuestra ausencia y el fluir de nuestra presencia sea como del hijo ante la madre que vuelve a casa.
Tengámoslo siempre presente: el 24 nos vemos y el 31, también.