Nos trasladamos a las primeras revistas de nuestro querido “Huesca y Don Bosco”, enero de 1973 (50 años atrás). Donde encontramos una reseña de la última obra realizada en esas Navidades, no podía ser otra.
A lo largo de los años han ido apareciendo o desapareciendo personajes, dependiendo de las necesidades del momento, llevamos unos años sin el condenado Laberio por ejemplo. Pero si cambiáramos los nombres de los actores y directores, poco más podríamos modificar en el artículo para actualizarlo a la última vez que ha sido representada la obra.
GRAN EXITO de «Bato y Borrego»
Mucho esperábamos de esta «vuelta al teatro» de la inolvidable obra «Bato y Borrego», interpretada magistralmente por los AA.AA. Nuestro deseo era traer de nuevo a escena la tradicional tragicomedia y matizar entre sana alegría y cantos gloriosos, la festividad del 25 de diciembre: la Natividad de Jesús, como hombre.
Todo se consiguió con gran espíritu, soslayando algún que otro contratiempo técnico.
La obra gustó y entusiasmó a pequeños y grandes. El éxito de público y sobre todo de interpretación fue el mejor augurio para venideras jornadas.
Pero hay situaciones en ese mundo del bien hacer, hay momentos y en especial hay personas que bien merecen nuestra atención.
Y no es el elogio fácil, o la mera cortesía como pago o recompensa al trabajo desinteresado.
Detrás de la tramoya, detrás del telón, existe la humana colaboración de un grupo de antiguos alumnos que sacrificando horas de descanso, han conseguido presentar a Huesca entera y por todo lo alto, nuestra querida obra «Bato y Borrego”.
Montaner y Gregorio, en los principales papeles de «Bato» y «Borrego» fueron, como era de esperar, la constante atención del respetable. Su gracia personal e inventivas ocurrentes culminaron todo lo previsto. Bien Luzbel a cargo de Fernando Alvira, como igualmente San Miguel y Nacor en las personas de Fernando Pacheu y Manolo Martínez, Mención aparte la del condenado, interpretado,
con toda su viveza por el entusiasta en estas lides, desde años ha, de D. Cesar Valero.
El coro estuvo a cargo de alumnos del Colegio con la inestimable colaboración al piano de D. Juan Faner, director del Colegio Salesiano de Monzón, venido expresamente a ello, y la dirección musical de D. Jesús Domeño, como la de José Luis Callen en escena.
En definitiva, todo un éxito al que añadimos nuestro más sincero aplauso, para todos los que de una manera u otra, colaboraron por una mejor puesta en escena de la obra.