Tengo muy grabado el recuerdo. Un grupo de antiguos alumnos, con el presidente Carlos Luna (q. e. p. d.) a la cabeza, llegaron a la reunión de la comunidad. Presentaron con ilusión la idea de hacer un monumento a don Bosco en la entrada de nuestra casa. Era la segunda vez que lo hacían. La comunidad apoyó el proyecto y la Asociación se puso manos a la obra.
Después de haber escrito una carta a todos los asociados, grupos de AA.AA. pasaban por las viviendas debidamente acreditados para recoger los donativos que se iban haciendo. El consiliario Javier Alzueta iba comentando ilusionado en la comunidad cómo cada noche llegaban más y más donativos.
Pronto los niños del Colegio quisieron colaborar. Los lunes iban trayendo monedas de 100 pts de las de entonces para que el monumento fuera una realidad. Y a la iniciativa de los Antiguos Alumnos se unió la parroquia, el Club Amigos, el Claustro, la ADMA… cada sector de la Casa no quería quedarse atrás.
Diversas iniciativas iban destinadas a recaudar fondos: veladas, venta de cuadros donados para una exposición… finalmente el día 30 de Enero, viernes, a las tres de la tarde se vivió un momento muy emocionante, la estatua de don Bosco llegaba en un gran camión. A pesar de lo intempestivo de la hora, un grupo de unos 20 antiguos alumnos se reunieron avisándose unos a otros. En el camión estaba el señor Joan Puigdollers, escultor que había cincelado la obra. La estatua fue izada por la grúa y con gran solemnidad quedó centrada en el lugar correspondiente del pedestal. La imagen efue inmediatamente cubierta para hacer una presentación “oficial” de la misma al día siguiente. En algunos ojos ya se reflejaban las lágrimas emocionadas de quien veía cumplido un sueño.
Al día siguiente fueron llegando personas invitadas: el padre inspector, Domenc Vlalls, José Aldunate, José Arlegui, Nicolás Echave, Antonio Bermejo, Antonio Manero, José Antonio Iguácel, Luis López, Jesús Ros, el señor Alcalde, José Luis Rubió, el Presidente de la Diputación, un representante de la DGA y el señor Obispo. Había cientos de personas a la una y cuarto del mediodía. La emoción se palpaba en el ambiente. La policía municipal había cortado la calle dado el personal que se agolpaba. Desde las escaleras, y coordinados por Agustín Yanes, se fueron desarrollando los parlamentos: el escultor, el director y el obispo fueron hablando del significado de aquella escultura que todos deseaban ver.
Finalmente, don Javier Osés se dirigió al monumento, lo bendijo mientras se descubría la imagen y una salva ininterrumpida de aplausos casi impidieron oír a los tambores de nuestra Cofradía que animaban a cantar “Su concierto han entonado”. Era el día 31 de Enero de 1998. En día de don Bosco de este año, nuestro monumento cumplirá 25 años
Desde ese día, aquella iniciativa de nuestra Asociación, secundada por toda la casa, se ha convertido en un emblema, una referencia que distingue el quehacer de los Salesianos de Huesca y ante el que tantos acontecimientos celebramos.
Han sido 25 años de Historia apasionante en la que los jóvenes, cada vez que han llegado a los salesianos, se han sentido en familia bajo la mirada amorosa de don Bosco que, desde el monumento, sigue bendiciendo la vida de esta Casa.