De todos es conocido el Drama Sacro de La Pasión que se viene haciendo desde hace ya años en el teatro Salesiano de Huesca en la Semana Santa Oscense. Su magnífica puesta en escena, el gran número de actores y actrices que participan, la fantástica actuación del burro…
Lo que no es tan conocido, es la parte que queremos resaltar hoy. Todo el trabajo que realizan unas pocas personas, pequeños engranajes muy necesarios para que, como si se tratase de un reloj suizo, todo funcione a la perfección.
Qué sería del teatro sin las cortinas que nos delimitan el espacio. O de la representación sin los decorados que tanto visten a las escenas. No solo es colocarlos, de vez en cuando es darles un lavado de cara, arreglar los desperfectos, coser, pintar los desconchones…
Cómo sabríamos quien es cada personaje si no estuvieran caracterizados por los trajes que con tanto mimo y cariño se hacen, se arreglan, limpian y preparan año tras año.
De qué serviría todo esto si no estuvieran los técnicos preparando las luces, poniendo el foco de luz en el lugar preciso para resaltarlo.
Por eso queremos también agradecer a estas personas que, como hormiguitas, año a año, día a día, invierten muchas horas antes y después de la puesta en escena de La Pasión para que todo sea tan espectacular.
Ven a la Pasión. No los verás en su invisible actuación, pero sentirás los resultados de su trabajo, que junto a los actores y actrices de la representación, harán de La Pasión un espectáculo digno de admirar.