El Club Amigos de Domingo Savio no es un lugar donde los chavales se reúnen cada fin de semana. Es una auténtica máquina de sueños donde la imaginación, la fe y la alegría se mezclan para crear aventuras mágicas en las que los chavales, con su energía inagotable, son acompañados por un increíble equipo de monitores en hazañas sorprendentes que dejan huella en cada uno de sus corazones.
Después del apoteósico estreno de “Él vive en ti” en mayo y junio, se debían guardar fuerzas para lo que venía a continuación: el verano salesiano. Tres semanas en las colonias de Gabardip, en Villanúa, que comenzaron con las convivencias para chavales de 3º y 4º de Educación Secundaria. Siguió con el turno 1 de campamentos de 4º a 6º de Educación Primaria, y se finalizó con el turno 2 para jóvenes de 1º a 2º de la ESO.
De forma simultánea al turno 2, una nueva aventura empezaba en tierras gallegas: el Camino de Santiago. Treinta chavales de 1º Bachillerato/Ciclos acompañados de 6 intrépidos monitores comenzaron, después de muchos meses de organización y entrenos, una experiencia inolvidable. El lunes 7 de julio a las 7.30h de la mañana partieron de la estación de Huesca rumbo a Monforte de Lemos, donde un bus les acercaría a Sarria, su punto de partida que distaba 110km de la meta: Santiago de Compostela.
Durante esta semana todos anduvimos en equipo, nos animábamos cuando el cansancio se apoderaba de nosotros y fuimos abriendo nuestro corazón para conocernos mejor en un ambiente de sinceridad y amistad. Pasamos por Portomarín, Palas de Rei, Arzúa y O Pedrouzo, compartiendo esta aventura con cientos de peregrinos, entre ellos, coincidimos con el Centro Juvenil Porta Oberta de los Salesianos de Burriana y con el colegio de los Salesianos de La Almunia.
No esperábamos que levantarse a las 5 de la mañana para andar veintitantos kilómetros se llevase tan bien, o que el esparadrapo y la aguja se volviesen en los mejores compañeros de viaje para acabar con las insoportables ampollas que dolían al caminar. Tampoco imaginábamos que preparar los desayunos o las cenas por grupos se convirtiese en una oportunidad para conocernos mejor.


Esto es lo que tiene el CACJmino: una vez lo comienzas, cada día y en cada etapa, te esperan nuevos retos y sorpresas. Todo esto ha hecho que, en una semana, hayamos reído, llorado, sudado, gritado, sonreído… Ha sido una semana intensa e inolvidable.
Llegamos a Santiago emocionados ¡lo habíamos logrado! ¡los 36 estábamos en la Plaza del Obradoiro con una sonrisa de mejilla a mejilla! Ese orgullo, alegría y emoción se revivió a nuestra llegada a Huesca, cuando nos volvimos a reunir con nuestras familias y amigos entre aplausos, ovaciones y abrazos.





Esto es lo que tiene formar parte de una familia tan bonita como es la del CACJ. Solo podemos dar gracias a Dios por poner en nuestro camino a gente tan buena con la que vivir experiencias como ésta, que tanto marcan. Y, por supuesto, dar las gracias a las familias y chavales por la confianza plena que tienen en el equipo de monitores.
Esto no es un final, aún queda mucho verano salesiano: nos vemos el 9 de agosto a las 9h en la estatua de Don Bosco, donde nuestro querido coordinador general, Alfredo, será quien imponga la pañoleta verde.