- Presentaos un poco a vosotros mismos. Cómo os llamáis, de dónde venís, qué estudiasteis, cómo os surgió la oportunidad de venir aquí…
M: Me llamo Martina Rosa y soy una voluntaria italiana. Antes de empezar a trabajar en el Colegio San Bernardo, estudié en un liceo científico y me gradué en el curso de Estudios Internacionales de Trento.
A: Me llamo Alberto Carpanese, tengo 27 años y vengo de cerca de Venecia. Me gradué en Economia Internacional y Resource Economics and Sustainable Development. Estaba en un período de cambio cuando se presentó la oportunidad de venir aquí; entonces acepté para vivir una experiencia diferente, aprender español y conocer la cultura local
¿Cuánto tiempo lleváis en el colegio? ¿Cuánto vais a quedaros?
M: Llevo aquí trabajando 5 meses y me quedaré hasta junio del año que viene.
A: Llevo 4 meses y estaré aquí hasta mayo.
¿Cuáles son las tareas que realizáis en la escuela?
M: Hago apoyo a los estudiantes que necesitan ayuda porque tienen problemas de aprendizaje o porque están atrasados con el programa escolar.
A: Apoyo a los chicos que necesitan mas atención y colaboro en el speaking de inglés.
¿Qué opináis del ambiente que se vive en el centro?
M: Es un ambiente muy alegre, los estudiantes tienen la libertad de expresarse.
A: Me parece un ambiente familiar y muy inclusivo.
¿Qué parte de vuestra tarea disfrutáis más? ¿Qué es lo que os resulta más difícil?
M: Me gusta comprobar que los estudiantes mejoran y que adquieren nuevas competencias, pero obviamente no siempre es sencillo relacionarse con los ellos, especialmente con los que no tienen ganas de estudiar.
A: Lo que más disfruto son las horas de inglés. Lo más difícil es cuando tengo que trabajar con chicos que no tienen ganas de trabajar.
¿Habíais trabajado antes con adolescentes? ¿Os gusta tratar con ellos? ¿Qué creéis que os aporta?
M: Ya había tratado con adolescentes cuando trabajaba como au-pair. Tratar con ellos puede ser divertido, pero muy difícil también.
Relacionándome con ellos puedo aprender cómo llamar su atención y practicar mi paciencia, especialmente cuando no me escuchan. Creo que tratar con adolescentes aumenta mis habilidades de comunicación y empatía.
A: Sí, de un modo diferente, pero es siempre una forma de aprender y poder entender a la próxima generación.
¿Habéis vivido algún momento especial o divertido hasta ahora? ¿Tenéis alguna anécdota que contar?
M: Creo que el momento más divertido hasta ahora fue cuando uno de los niños del apoyo puso pegamento en los zapatos para pegar las suelas.
A: Cuando un chico se pegò las suelas de los zapatos y empezó a correr por el aula.
Por último, decidnos cualquier cosa que queráis añadir a modo de despedida.
M: Los jóvenes son distintos unos de otros, pero todos necesitan ser tratados con respeto. Es una fase delicada de sus vidas y desde que trabajo en esta escuela he podido aprender lo necesario que es comunicar con claridad y mostrar coherencia.
A: Espero poder ayudar a los chicos a aprender no solo en las materias sino también en educación y respeto a los demás.
