Hola, soy María de los Ángeles Delgado Álvarez. Tengo 15 años y actualmente estoy cursando el doble programa de bachillerato internacional y bachillerato español.
Yo entré a Salesianos Huesca después de haber vivido en Colombia, fue una gran casa en la que me abrieron las puertas desde el principio, tanto a mi como a mi familia. Mi primer año allí fue en 2º de Infantil, y he estado hasta 4º de Educación secundaria obligatoria. Ha sido el lugar donde, además de formarme académicamente, he aprendido a ser persona, a definir mi personalidad.
Podría hablar de la estructura de la edificación, porque más que paredes y cimientos, es un algo que no tiene definición propia, es un sentimiento, es un recuerdo. Primero que todo, el gran patio donde ha habido tantas risas y tantos lloros. El lugar en donde se reúnen todos los alumnos, profesores, voluntarios en los días festivos, como por ejemplo el 31 de enero, para San Juan Bosco, o el 24 de mayo, para María Auxiliadora; las chocolatadas míticas en donde nuestras sonrisas se teñían de un marrón característico. Es curioso pensar que allí es donde se acabo mi paso en el colegio, o por lo menos, en donde finalizó uno de los actos más importantes, la entrega de insignias. En segundo lugar, está el teatro. Es inmenso, pero eso no quiere decir que no sea acogedor. Básicamente es el lugar en donde la vergüenza que pueda estar en el interior de las personas desaparece, es el lugar en el que se da la primera toma de contacto cada curso, y también, en donde se entregaron las insignias de antiguos alumnos. En verdad me encantaría describir cada lugar de esta casa con el más mínimo detalle, pero no quiero haceros un “spoiler” y entiendo que cada uno tiene sus propias vivencias, mas no puedo dejarme las aulas. A primera instancia suena como el lugar en donde aprendes, te examinas y te pones contento o triste dependiendo de tu nota, pero eso no es así. Es en donde aprendes los valores de ser persona, aprendes a trabajar en cooperativo, aprendes de los errores, aprendes a escuchar, aprendes a entender. Cada clase tiene ese algo que le hace única, y por novedosa, se podría nombrar a la “superaula” como la mejor, y no digo que no lo sea, solo que cada habitáculo tiene su punto especial.
Cómo no, hablar de los profesores y del equipo de directivo es un punto muy importante. A lo largo de los años se van volviendo tus compañeros, son capaces de empatizar contigo de una manera óptima, y es por ello por lo que hablo de familia como casa Salesiana. Lo importante no es únicamente la parte académica, sino que tu bienestar y salud sean buenos, y es por ello por lo que te acompañan en cada paso que das, te guían, te dan consejos. Si se menciona la parte de estudios, he de decir que cada profesor está muy bien cualificado para su asignatura, y conocen de verdad el tema, se siente en el ambiente que les apasiona. Además, las diversas formas de impartir las materias son lo que nos permite, a los estudiantes, tener un perfil apto para diferentes tareas. Considero que se valora mucho la amplia gama de aspectos trabajados en una asignatura, por ejemplo, el razonamiento crítico, la capacidad de imaginar, la valoración de cada una de las ideas, el pensamiento racional, etc. Me gustaría añadir que, en mi caso siempre fui muy individualista, pero ahora me doy cuenta y doy gracias de haber ido trabajando en cooperativo a lo largo de mi paso por salesianos, porque de verdad que se necesita.
Ahora que estoy en bachillerato doy gracias de verdad de haber tenido la oportunidad de haber sido educada en Salesianos Huesca. He de decir que, hecho mucho de menos a los profesores y personal, pero nunca los olvidaré pues supusieron en mi vida un antes y un después. Todas esas vivencias que me han marcado, empezando con llegar a la final de la olimpiada matemática en 1º de educación secundaria, y finalizando con ser nombrada mejor alumna STEM de secundaria de España, siempre están dentro de mí, y son lo que me motiva cada día a seguir siendo como soy. Muchas gracias por todo.