La primera dinámica que tenemos cada día la hacemos trabajando las emociones.
Es importante saber cómo nos sentimos y para ello, en segundo ciclo realizamos el semáforo de las emociones. Cada alumno comenta cómo se siente al comienzo del día, explicando el porqué a los compañeros, si quiere. Esto permite que todos sepamos cómo nos encontramos, trabajando así la empatía. Cada color del semáforo representa una emoción (aunque siempre les decimos que no hace falta que esta asociación sea así, puede ser otra y estará igual de viene. Ya sabéis: «cada persona es un mundo»). Lo importante es que el alumnado aprende a identificar y tiene la posibilidad de expresar qué es lo que siente. Una vez han parado, se han sentido y, si han querido, se han expresado, les animamos a que lo importante es convivir con esa emoción, aceptarla, pues todas son igualmente válidas y las vamos a sentir todos y todas en algún momento de nuestra vida. Lo importante, lo que tenemos que aprender, es gestionarlas.
Parar, en este mundo que corre tan deprisa, es un lujo. Y ellos, nuestros pequeños y pequeñas, se merecen vivirlo, sentirlo y así poder elegir añadirlo a su día a día.
