En el año 1985, en las jornadas de Pastoral Juvenil, el Papa Juan Pablo II, regaló a los jóvenes una cruz, símbolo de los cristianos. Esta cruz es conocida como la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y viaja por muchas ciudades del mundo antes del próximo encuentro que el Papa Francisco celebrará en Lisboa en 2023. Todos los países por donde ha pasado han expresado su deseo de repetir la experiencia. El pasado 20 de octubre tuvimos la suerte de recibirla en nuestro colegio y poder enriquecernos con su presencia.
Esa mañana realizamos un acto sencillo donde participaron todas las etapas del colegio. Rodeamos entre todos una cruz que ha visitado gran parte de la geografía mundial, algunos de esos lugares con situaciones de guerra o de paz. Esta cruz nos invita a ser parte del cambio y a manifestarnos en pro de la justicia, el respeto y la paz. Muchas personas quieren que esta cruz esté presente en sus vidas y llevar consigo un mensaje de esperanza, donde un mundo mejor sea posible.
¿Qué es la JMJ?
La Jornada Mundial de la Juventud es un encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa. Es, además, una peregrinación, una fiesta de la juventud, una expresión de la Iglesia universal y un fuerte momento de evangelización del mundo juvenil. Se presenta como una invitación a una generación determinada en construir un mundo más justo y solidario. A pesar de su identidad claramente católica, está abierta a todos.
Tiene lugar todos los años en las diócesis, con ocasión del Domingo de Ramos, y cada dos, tres o cuatro años con carácter internacional en una ciudad elegida por el Papa, y contando siempre con su presencia. Reúne a millones de jóvenes para celebrar la fe y su pertenencia a la Iglesia.
Desde su primera edición, que tuvo lugar en la ciudad de Roma en 1986, la Jornada Mundial de la Juventud destaca como un laboratorio de fe, un lugar de nacimiento de vocaciones para el matrimonio y la vida consagrada y un instrumento de evangelización y transformación de la Iglesia.
Pretende proporcionar a todos los participantes una experiencia de Iglesia universal, fomentando el encuentro personal con Jesucristo. Es un nuevo impulso a la fe, a la esperanza y a la caridad de toda la comunidad del país de acogida. Teniendo como protagonistas a los jóvenes, la Jornada Mundial de la Juventud busca, también, promover la paz, la unión y la fraternidad entre los pueblos y las naciones de todo el mundo.