Los niños y niñas de 3º de Educación Infantil comenzaron este tercer trimestre con el proyecto de “Me hago mayor”. Su paso por esta etapa está llegando a su fin y qué mejor manera de acabarlo que trabajando y dando respuesta a aquellas inquietudes que tienen respecto a ese futuro que todavía parece muy lejano, pero no tanto.
En él hemos trabajo qué implica eso de hacerse mayor y una de las inquietudes fue “¿Qué podré ser cuando sea mayor?” Por ello, decidimos abordar las profesiones. Los niños y niñas de tercero de Educación Infantil hicieron una reflexión e investigación individual sobre ‘qué nos gustaría ser de mayores’ de las que salieron muchas profesiones, como apicultor, agricultor, arquitecto, cocinero, mago, peluquera, policía, detective privado, etc.
Así que después de realizar ese trabajo de investigación y exposición al resto de compañeros y compañeras del aula, esta semana hemos trabajado tres profesiones.
Primero comenzamos por los apicultores: Tere, maestra del cole durante mucho tiempo, nos contó cómo era el trabajo del apicultor y ¡aprendimos un montón de curiosidades sobre las abejas! Se puso el disfraz que tenía en su casa y guarda con mucho cariño para mostrárnoslo.
Además aprovechamos que estábamos con las abejas para traer al aula la Bee-Bot, un robot que nos permite aprender jugando. Esta vez, hemos trabajado las figuras geométricas y los cuerpos con volumen pero, al mismo tiempo, hemos aprendido lenguaje direccional, conceptos espaciales básicos y, además favorece el desarrollo de la lateralidad.
Por otro lado, tras trabajar los menús, recetas y aprender un montón de mates montando nuestro propio restaurante imaginario, decidimos convertirnos en cocineros para crear… ¡arte! Ya que habíamos aprendido cómo es el proceso de la miel, llegó el momento de experimentar con los sentidos. Así que decidimos convertirnos en artistas y creamos una lámina sensorial y artística muy bonita con miel y chocolate. ¡Qué bien lo pasamos y cómo nos pusimos!
Otro día, nos convertimos en DETECTIVES e hicimos un escape room. De repente, mientras hacíamos los buenos días, recibimos una carta por debajo de la puerta. No entendíamos porqué no habían llamado o entrado, intentamos abrir y la puerta estaba cerrada, ¡estábamos encerrados! ¡Qué momentos más tensos! La solución era llamar a la otra clase para que nos vinieran a abrir, así que hicimos una videollamada pero también estaban encerrados, tendríamos que buscar otra solución.
La Policía Local de Huesca nos mandó una carta donde había un código QR. Con las tablets lo escaneamos y apareció un policía que nos contaba que teníamos una misión: salir de la clase. Nos explicó que tenían mucho trabajo así que no podían venir a rescatarnos aunque nos iban a ayudar de manera virtual. ¡Menos mal!
Teníamos que superar 3 retos para poder salir de clase. El policía nos iba mandando códigos QR que nosotros leíamos con las tablets y solamente teníamos que seguir sus instrucciones.
El primer reto consistía en realizar una sopa de letras sobre las profesiones y después aventurarnos a escribirlas en minúsculas en un papel. ¡Lo hicimos genial!
El segundo reto era realizar por grupos un kahoot (juego de preguntas interactivo) sobre las profesiones. ¡Cada respuesta acertada era una fiesta! Ya estábamos más cerca de salir.
Por último teníamos que pintar entre los miembros del equipo un camión de bomberos y con la aplicación Quiver ¡lo vimos en realidad aumentada! Nos quedamos con la boca abierta ¿cómo podía ser que nuestro camión de bomberos pintado por nosotros cobrara vida y apareciera en la tablet? Lo mejor es que podíamos jugar con él, conduciéndolo, subiendo y bajando la escalera y hasta echaba agua. ¡Las TICs nunca dejarán de sorprendernos!
Una vez que todos habíamos superado con éxito los tres retos, cada equipo recibió una pieza del puzzle final que era otro código QR pero esta vez más grande. Cuando por fin lo conseguimos montar, cogimos de nuevo la tablet, lo escaneamos y apareció la frase: “la llave está detrás de la papelera”.
¡Por fin habíamos superado la misión! Ya podíamos salir de la clase, así que, abrimos la puerta y nos fuimos al baño emocionados y eufóricos a compartir (desde la distancia) nuestra experiencia con la otra clase (por haber podido salir y resolver el enigma!)
A día de hoy aún seguimos preguntándonos… ¿Qué pudo haber pasado? ¿Quién nos encerró? ¿Por qué?