Ya durante la semana, tanto niños como monitores, fuimos recibiendo whatsapps sobre la actividad que se iba a desarrollar ese viernes 28 de enero. Nos anunciaban que haríamos una especie de ofrenda a Don Bosco y que posteriormente pasaríamos a tener un momento de convivencia cenando todos juntos en el pórtico.
Podría ser un whatsapp como otro cualquiera organizando un encuentro. Pero en el momento en el que llega dicho viernes a las 21 horas, ese anuncio comienza a tener otro sentido. Íbamos a juntarnos gente de varias edades, con diferentes gustos, con diversas características personales y otros tantos puntos opuestos. Pero el estar participando en el Club de Amigos Centro Juvenil ya sea como niño, como monitor o como padre colaborador; nos unía entonces.
Al principio únicamente llenábamos el primer banco de la iglesia, pero ya se empezaba a respirar un buen ambiente al estar hablando y riendo chavales con sacerdotes, monitores con padres colaboradores, etc. A los diez minutos, comenzaron a escucharse más voces, más murmullos; y es que al final llegamos a estar unas 60 personas.
Comenzamos ese momento con unas palabras dichas por Josan Montull y seguidamente María Laliena nos mostró una imagen de Don Bosco la cual había que adornar con palabras que nos recordaban a Don Bosco. Con total tranquilidad, todos los presentes fueron cogiendo un rotulador de color y poniendo alrededor de la imagen palabras como fe, amigo, maestro, modelo, entre otras. A continuación pasamos a un segundo momento en el que se le entregó a la estatua de Don Bosco un ramo de flores, después de que David Oria dijese unas palabras.
Y por último, pasamos al pórtico donde nos esperaban unos bocadillos de longaniza realizados por los padres colaboradores. En ese momento, los niños estaban con los monitores y los monitores con los niños y todos dimos las gracias y un fuerte aplauso a los padres colaboradores por la preparación de ese maravilloso encuentro rememorando a Don Bosco.